SUICIDIO

Hoy quisiera hacer una reflexión sobre un tema que a muchos de nosotros nos parece incomprensible, difícil de asumir, ¿una cobardía? se preguntan otros...
En realidad nadie se pone de acuerdo a la hora de definir el suicidio y las posibles causas que pueden llevar a una persona a cometer un acto así. Pero cuando hace acto de presencia en una casa, nos sacude a todos con un duro golpe que hace temblar los cimientos de todo nuestro entendimiento.
¿Porqué hablar hoy del suicidio? Pues porque por desgracia me toca vivirlo muy de cerca.
Una mujer a la que conocía desde hacía bastante tiempo, decidió ayer por la tarde acabar con su vida.
La consternación ha sido total entre la gente de su entorno. Nadie ha sabido encontrar una sola explicación lógica que pueda atenuar el punzante dolor y la desesperación que llenan nuestro corazón.
¿Porqué? Ha sido la pregunta que de boca en boca ha corrido todo el día, pero... nadie ha sido capaz de contestarla.
Y es que esta pregunta no tiene una respuesta definida.
Cuando en la mente de una persona todo se vuelve oscuro, cuando el frío de la soledad se cuela en su alma, cuando piensa que ya no hay salida, cuando no encuentra consuelo para su llanto... No hay una sola respuesta.
Son muchas las cosas que día a día cargamos sobre nuestras espaldas.
Nos educaron para vivir en una sociedad cada vez más exigente, nos enseñaron a vivir en constante evolución. Desde que nacemos que nos marcan el listón al que supuestamente debemos llegar. Pero... Nos esforzamos, luchamos con uñas y dientes para llegar a ese maldito listón que, por contra, está cada vez más y más lejos... ¿No será que este listón se colocó demasiado alto?
Vivimos rodeados de gente, formamos familias, tenemos muchos amigos, pero... ¿Qué sucede cuando ninguna de estas personas es capaz de llenar tu alma? ¿Cuando, a pesar de tenerlo todo, sientes que no tienes nada?¿Cuando no hay ni una sola y diminuta llama que mitigue el frío glacial de la soledad?
No hay peor tortura para una persona que estar rodeado de gente y sentirse solo....
He llegado a escuchar que el suicidio es una cobardía...
¡En absoluto! Os puedo asegurar que para llegar a consumar un suicidio hay que tener muchísimo valor. Y por fortuna no son muchas las personas que son capaces de hacer acopio de todo este valor y llevar a cabo su decisión.
No, amigos, suicidarse no es de cobardes.
Quien toma esta terrible decisión no lo hace porque tenga miedo. Todo lo contrario, lo hace porque ya no le teme a nada. Ni siquiera a la muerte.
Y... ¿Cómo se llega a esta situación?
Esto ya es mucho más complicado de definir. Preocupaciones, conflictos, problemas, soledad... siempre esta gran soledad que acaba por ser tu única compañera... Muchas cosas que llenan nuestro espíritu, y a la vez solo una que hace saltar la chispa...
Nos hemos vuelto ciegos ante el dolor tácito de los que tenemos a nuestro lado. Muchas veces, el resplandor del materialismo nos deslumbra y nos impide ver el precio que de verdad debemos pagar por una vida que en muchas ocasiones vivimos sin vivir...
Solemos equivocarnos al asignar el valor a las cosas. No es más feliz el que más tiene, sino el que con menos es capaz de vivir mejor...
Hoy... he sentido... No sé lo que he sentido.
Muchas preguntas. Ninguna respuesta.
Y sólo una certeza.
No siempre llegamos ni somos lo que se espera de nosotros...