Una gran paranoia se ha adueñado de la Humanidad ante el supuesto "Fin del Mundo".
Ritos y celebraciones por doquier, gente pertrechándose en búnquers, llenando las despensas hasta los topes de comida, agua y todo lo necesario para sobrevivir lo mejor posible a la hecatombe que, en teoría, mañana día 21 de diciembre de 2012, tiene que acabar con el mundo.
Se han diseñado y construido una especie de "Arcas de Noé" de forma esférica y con capacidad para unas treinta personas. Una vez desatado el desastre, estas esferas flotarán en las aguas de los mares con sus ocupantes a salvo en su interior, hasta que se calme todo y vuelva la normalidad.
Mesías, predicadores, fanáticos seguidores de las tan temidas profecías mayas... todos ellos en alerta máxima, pendientes y a la espera de la llegada del Fin del Mundo...
También la televisión parece haberse unido a esa paranoia generalizada emitiendo películas, documentales y toda clase de programas referentes al tema...
El temor de posibles suicidios colectivos se extiende por diferentes países, puesto que diversas sectas han manifestado su satisfacción de que por fin se haya llegado a este esperado día, y se muestran aliviados por poder estar frente al Creador en pocas horas...
Definitivamente el mundo no va a sufrir ningún cataclismo cósmico en las próximas horas. Esto queda totalmente descartado. Ningún asteroide, cometa, o cuerpo celeste va ha chocar contra la Tierra.
¿Terremotos? ¿Volcanes? Tampoco. Ya se habrían empezado a percibir los primeros síntomas.
¿Un rayo cósmico procedente del centro de la galaxia que nos fría a todos? No sirve ni como guión de una mala película de ciencia ficción.
¿Qué más queda?
Ciertamente, no lo sé. No puedo llegar a comprender en qué se basan todas esas personas que creen tan ciegamente en este Fin del Mundo. Pero esta es la realidad.
¿Qué sucederá mañana?
No tengo ni idea. Pero me atrevería a asegurar que nada en especial. Y sino... ¡Nos veremos en el cielo!
¡Feliz Fin del Mundo a tod@s!
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