PRESENTACIÓN DEL BLOG

Saludos a tod@s!
¿Qué vais a encontrar en este blog? De todo un poco.
Críticas, denuncias, mi día a día, curiosidades, reflexiones...
Pero sobretodo, mi voz.


miércoles, 20 de febrero de 2013

¿CASARSE EN MAYO TRAE MALA SUERTE?


      

Mayo parece un mes muy hermoso y apropiado para casarse, empieza a hacer buen tiempo, los jardines están llenos de flores, pero... ¿Conocíais el dicho de que, "casarse en mayo trae mala suerte?"
Por supuesto que esto no es más que una superstición, pero tiene su historia.

Parece ser que tiene su origen en los romanos. Para ellos, el mes de mayo era el mes de los malos espíritus, y desaconsejaban que se contrajese matrimonio entre los días 29 de abril y 22 de mayo, porque decían que traía mala suerte.

También había una celebración de los pueblos celtas, denominada la Noche de Walpurgis y que tenía lugar la víspera del primero de mayo, durante la cual se suponía que se reunían brujas y brujos de todo el mundo para invocar a espíritus malignos y que esto podría afectar negativamente a la fertilidad de los jóvenes esposos que se atrevieran a contraer matrimonio.

Y en febrero, en la época romana, había unas fechas en las que no se podía contraer matrimonio, en concreto durante los idus de febrero,  entre el 13 y el 21 de este mes. Durante estas fechas se cerraban los templos y se suspendían las bodas y otras actividades con el fin de honrar debidamente a los muertos.
Según cuenta Ovidio, una vez hubo una negligencia y las almas de los muertos deambularon por las calles de  Roma, asustando a todos con sus lamentos.

Como veis, todas aquellas parejas que decidan casarse en mayo ya no tienen nada que temer, puesto que todas estas creencias y festividades forman parte de antiguos cultos paganos desaparecidos ya en la actualidad.

Otra curiosidad referente a las novias. ¿Por qué es tradición que lleve vestido con cola? También proviene de una antigua superstición romana, según la cual se pensaba que de este modo se borraban sus huellas para que los malos espíritus no persiguieran a los recién casados.

jueves, 14 de febrero de 2013

EL VALOR DE LA VIDA

Hacía ya tiempo que venía dándole vueltas a la cabeza a un asunto.
Un gran dilema se debatía dentro de mí.
Y una pregunta para la que no conseguía hallar una respuesta convincente.
¿Tener más, nos hace más felices?

Al final conseguí encontrar la respuesta: ¡NO!
Bueno, tal vez algun@s crean o se sientan más felices teniendo y atesorando riquezas y todo aquello que el dinero puede comprar. Pero... ¿Realmente son más felices? Yo pienso que no.
Al menos a mí no me ha hecho más feliz.

Sinceramente pienso que hemos vivido una época de opulencia y de derroche que nos ha corrompido a todos. Se ganaba mucho dinero y se compraba de todo. Y a lo que no se llegaba... a crédito.
Tenias un piso, querías una casa. Y bien grande.
El coche, grande y de gama alta. Y a cambiarlo cada pocos años.
Viajes exóticos, restaurantes de lujo, vacaciones por todo lo alto, salidas y más salidas...
Y ahora que nos ha sacudido la crisis, nos lamentamos de haber sido más cigarras que hormigas.

Yo también caí en la trampa, lo reconozco. Por eso ahora reconozco que me equivoqué. No valoré las cosas por su justo valor. Por eso me planteé esa cuestión y comprendí que no era ese el camino.
La riqueza te puede proporcionar cierto bienestar, comodidad, poder lucir como una bombilla ante los demás. Y lo peor es que cuanto más tienes, más quieres. La codicia humana no tiene fin.

Yo no necesito una gran casa. Sólo un techo que me cubra.
Tampoco un gran coche. Sólo un vehículo que me transporte. Y utilizo mucho el transporte público.
No necesito tener la casa llena de artilugios que lo hagan todo por mí.
Ni viajar al otro lado del mundo, ni comer en un restaurante fino, que al final no sabes ni qué comes ni con qué cubierto comerlo.
Todo esto son banalidades.
La verdadera felicidad no está en los lujos. La felicidad está en cosas mucho más sencillas. La felicidad es saber encontrar ese delicado equilibrio entre lo que necesitas y tu manera de ser. Aprender a disfrutar de pequeños momentos, de la compañía de personas que piensan y se sienten como tú, del valor de la amistad, la sencillez y la constante lucha por conquistar pequeños objetivos.

Sé que tal vez muchos estaréis en desacuerdo, pero yo he conseguido ser feliz con muchísimo menos de lo que tenía. He renunciado a muchas cosas porque en lugar de llenarme me creaban un gran vacío.
Ya lo sé, soy un bicho raro.



martes, 12 de febrero de 2013

SUSTO DE MUERTE AL CARTERO

Hoy toca una de carteros.
A veces pienso que la gente se aburre y no se le ocurre otra cosa que dar un susto de muerte al cartero.

Esto me sucedió la semana pasada.

Como cada día llegué con la moto de Correos a la entrada de aquel edificio. La paré, cogí las cartas que debía meter en los buzones y me acerqué a la puerta que da acceso al recinto ajardinado que hay a su alrededor.
La puerta en cuestión es de hierro y tiene una altura de metro y medio aproximadamente.
Justo cuando ya estaba a punto de pulsar el timbre, de detrás de la puerta me salta un hombre con los brazos alzados y emitiendo un fuerte grito, algo así como un enorme oso en plan muy amenazador.
El susto que me dio fue de infarto.  Y menos mal que era conocido mío, sino se hubiera llevado una buena bronca( Como mínimo...)
Por lo visto estaba arreglando los timbres y, cuando me vio llegar, se agazapó detrás de la puerta para que yo no le viera. Y en cuanto me acerqué saltó.
Y encima va y me pregunta: "Cartera, ¿Te he asustado?"
"Nooooo. No me has asustado. Un poco más y me da un síncope..."
¡Por Dios!,  menuda ocurrencia.
El caso es que media hora más tarde aún me temblaban las piernas...

Por favor, sólo os pido que, si os aburrís o os sentís en uno de esos días tan graciosillos, no os dediquéis a asustar al cartero.
Vale, tal vez os parezcamos unos bichos raros que cada día pululan por ahí, vestidos de uniforme y montados en una llamativa moto. Pero... ¡Somos humanos! Y esos sustos no pueden ser nada buenos...

Lo cierto es que luego, cuando lo conté a mis compañeros, nos reíamos como locos. Pero en aquellos momentos, la primera impresión que tuve fue la de que me saltaba encima un gran perro furioso dispuesto a devorarme...
En fin, que si no fuera por esas "pequeñas" anécdotas, la vida del cartero sería muy aburrida...

domingo, 10 de febrero de 2013

¿HASTA CUANDO?

Hola, amigos.
Perdonad por estas tres semanas de ausencia, pero no me ha sido posible trabajar en mis blogs por... Digamos que "problemas técnicos".
Por fortuna todo ha sido satisfactoriamente superado y puedo dedicarme de nuevo a lo que realmente me gusta: Expresarme, compartir escritos y actividades y, sobretodo, alzar mi voz ante las diarias injusticias.
Por eso hoy quiero denunciar un nuevo caso de suicidio tras un desahucio.
El caso sucedió el viernes en Córdoba, el segundo, en esta ciudad. Un albañil de 36 años, acuciado por las deudas y que se quitó la vida después de perder su vivienda.
Y yo me pregunto...
 ¿Hasta cuando, va a seguir este triste lastre?
¿Hasta cuando, va a tener que seguir muriendo gente para que aquellos que tienen que procurar por nosotros y nuestro bienestar hagan su trabajo?
¿Hasta cuando, vamos a seguir agachándonos para que nos den... sin hacer nada?
¿Que qué podemos hacer? Una revolución.
Forzar a dimitir al Gobierno, ¡A TODOS! Paralizar el país hasta que dimitan.
Convocar nuevas elecciones.
Una plataforma popular, con apoyo de algunos de los partidos minoritarios y con amplia participación popular( del pueblo, no del partido).
Un programa electoral en el que se incluya la elaboración de una nueva Constitución (la que tenemos ahora no sirve), una nueva ley electoral, justo castigo para los corruptos ¡PARA TODOS! y mas control de la banca.
¿Imposible?
No del todo.
Sé que todos perderíamos mucho, durante un tiempo.
Pero la agonía de ir perdiéndolo todo poco a poco se está haciendo insoportable para muchos.