Escribir es mi pasión. Es como abrir la válvula de una olla exprés cuando está a plena presión, para que no explote. Y os aseguro que hay momentos en que mi cabeza es como una olla exprés con el fuego al máximo.
La imaginación, los sueños, la ilusión y la fantasía siempre han formado parte de mí, y desde que tengo uso de razón que he sentido la imperiosa necesidad de expresarlos en forma de ideas, cuentos, leyendas e incluso algunas novelas, y darlos a conocer a todos aquellos que han tenido el valor suficiente de atreverse a leerlos(que no dudo que a veces hay que tener valor...)
Mi gran ilusión ha sido siempre mostrar y dar a conocer esta desbordante imaginación y, sobretodo, compartir ideas con todos aquellos que tengan estas mismas inquietudes.
¡Claro que me gustaría ser capaz de escribir una buena novela, obtener un jugoso premio literario, vender millones de ejemplares por todo el mundo y poder vivir de ello! Pero... Mis humildes escritos no tienen suficiente categoría para tal cosa. Y es más, tampoco escribo pensando en ello.
Sólo escribo para satisfacer mi necesidad de hacer algo que me llena, me complace y me permite compartir buenos ratos con los demás.
Expresar sentimientos, explicar anécdotas y vivencias personales, definir con palabras la belleza de las pequeñas cosas para que otras personas las puedan "ver, y sentir" a través de mis palabras, y cómo no, dejar volar la imaginación y crear lo que en mi círculo denominamos "idas de olla".
Para mí, la escritura, y a su vez la lectura, es una forma de vida, un dar y recibir conocimientos, ideas y fantasía.
Es en momentos como este, en que estoy escribiendo esta entrada, que me siento feliz.
Y si ser feliz es tan sencillo como poner en práctica esta gran afición... ¿Por qué no escribir?
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