LAS MUJERES QUE NO TRABAJAN

Este post lo dedico a todas las mujeres, las que trabajan y las que NO trabajan.
Si hay una expresión que me hace reír, es aquella tan clásica de: "No sé de qué te quejas. Si tú no trabajas..."
¿Que no trabajo? Vamos a ver, ¿A caso la casa se mantiene limpia solita? ¿O tal vez la ropa pasa por arte de magia del cesto de la ropa sucia a estar bien doblada o colgada en el armario? Y esos guisos, cocidos, pasteles que hacen que os chupéis los dedos... ¿Se cocinan solos? Hay que llenar los armarios y la nevera de provisiones, coser, planchar, cuidar de los niños...¡Ay, los niños! Ellos son tal vez, los que nos ocupan más rato y nos hacen trabajar más, nos hacen dormir poco y nos llenan la vida de problemas y preocupaciones.
Si a esto se le llama "no trabajar..."
Ahora es cuando los hombres se lanzan a morderme la yugular.
-¡Yo también colaboro en las tareas domésticas! - me gritarán.
Y no discutiré que la mayoría de los hombres de hoy en día, además de trabajar fuera de casa, sí colaboran en las tareas domésticas. Pero... No todo se acaba en hacer la compra, fregar los platos o tender la ropa. Hay una serie de cosas que las mujeres hacemos a diario y que pasa totalmente desapercibido por todos.
Por ejemplo: Antes de meter la compra de la semana en la nevera o en los armarios, hay que limpiar tanto la nevera como esos armarios.
Nuestra amiga la lavadora, que no dudo muchos hombres ya saben cómo funciona. Pero...¿saben también que de vez en cuando hay que sacar el cajetín del detergente y lavarlo a fondo? O apartar la lavadora de su sitio para fregar ese hueco, igual que la nevera y los posibles muebles...
Lo mismo pasa con los cubos de basura o de reciclaje. Hay que lavarlos a menudo para que no huelan mal después de quitar las bolsas.
El microondas, hay que limpiarlo por fuera, y por dentro. Y el horno.
El extractor o la campana de la cocina se debe desmontar y lavar con regularidad.
En el baño suele haber jaboneras o pequeñas estanterías que también hay que desmontar cada cierto tiempo y limpiar minuciosamente.
¿Y qué me decís de ese verdulero de la cocina, de plástico o acero inoxidable, que hay que desmontar de vez en cuando y limpiar en todos sus recovecos?
Las lámparas, cristales, cortinas, las fundas del sofá, la ropa, planchar, limpiar la plancha, coser ese botón que se soltó o los agujeros de los calcetines, poner orden en el caos cuando los niños se van a dormir...
Y los niños, claro. Años sin dormir, vómitos, mocos y caquitas por un tubo, las rabietas, las enfermedades, el colegio, las caídas, los deberes, los horarios... Y ya ni te cuento si además tienes un trabajo fuera de casa, que sucede en muchas ocasiones... ¿Sigo? Creo que podría escribir 200 páginas...
De acuerdo que los hombres suelen trabajar más horas y en trabajos muy duros, y que cuando llegan a casa están cansados. ¿Cansados? ¡Nosotras también lo estamos! Tal vez por qué nos levantamos a primera hora de la mañana, no paramos en todo el día, y los niños no nos dejan dormir, ni de noche ni de día...
No sé, tal vez las que no trabajamos fuera de casa somos unas privilegiadas. Tal vez no podemos quejarnos sólo por mantener la casa limpia y ordenada, la ropa limpia, la despensa llena, la comida a punto, los niños bien cuidados... Por que total, como no trabajamos...