Este año los funcionarios nos quedamos sin paga
extra de Navidad.
Reconozco que hay mucha gente sin trabajo y que lo
pasará mucho peor que yo. Y algunos caerán en la tentación de pensar que los
funcionarios ya cobramos bastante y que tampoco lo notaremos tanto…
Déjenme que les aclare un par de cosas.
En primer lugar, los funcionarios “de a pié”, los auxiliares, sí, aquellos que con nuestro esfuerzo sacamos el trabajo y las castañas del fuego de la empresa, este grupo de funcionarios tenemos un salario base de 599€. Con los complementos podemos llegar a los 900 - 1000€ escasos, (algunos ni eso), y con la ayuda de la paga de productividad y de 20 ó 25 años de antigüedad podemos rondar los 1200€.
En primer lugar, los funcionarios “de a pié”, los auxiliares, sí, aquellos que con nuestro esfuerzo sacamos el trabajo y las castañas del fuego de la empresa, este grupo de funcionarios tenemos un salario base de 599€. Con los complementos podemos llegar a los 900 - 1000€ escasos, (algunos ni eso), y con la ayuda de la paga de productividad y de 20 ó 25 años de antigüedad podemos rondar los 1200€.
En segundo lugar, para conseguir este “estatus” de
funcionario, hemos tenido que luchar con uñas y dientes. Nadie nos ha regalado
nada. Hemos tenido que superar una oposición que para algunos de nosotros ha
supuesto años de estudio, gasto y sacrificio. A mí personalmente me costó 5
años de estudio, tres exámenes (aprobé a la 3ª), gasto en temarios y clases, y
sacrificar muchas horas que podría haber pasado con mi familia.
Y en tercer lugar, también es falso el concepto o la
idea que se tiene que los funcionarios no trabajamos lo que deberíamos. Supongo
que habrá de todo, como en la Viña del Señor. Y que a lo mejor, en otros
tiempos, sí se abusó de bajas o ausencias no justificadas. Pero en la
actualidad estamos muy controlados. Al menos los de mi escala, ya no hablo de
las escalas superiores. Esto ya es otro tema…
Mi opinión es que, con estas medidas, lo único que
conseguirán es frenar aún más el consumo de las familias. No sé quién va a
comprar turrones este año, o quién va a salir de cena el fin de año, a las
comidas de empresa, o quién va a poder
hacer regalos… Incluso el sólo hecho de reunirse las familias a comer o cenar
cualquiera de estos días, va a resultar una buena complicación. A no ser que
reduzcamos el gasto. Y ¿Cómo podemos reducir el gasto de las comidas navideñas?
Pues sin hacer comidas especiales, sin extras. Y ¿En qué se traducirá todo
esto? No es nada difícil de adivinar…
Menos clientes en los restaurantes = menos necesidad
de personal.
Menos compras navideñas = menos dependientes en las
tiendas.
Menos comidas especiales = descenso de la venta de
los productos típicos, como el turrón, los vinos caros, licores, mariscos,
cavas…
Menos personal contratado = más gente en el paro que
no podrá comprar, ni salir…
Es el pez que se muerde la cola…
No es una buena idea suprimir precisamente la paga
de Navidad. Y mucho menos a la clase trabajadora, que al fin y al cabo es el
motor de la economía.
Y si este
motor se para… No vamos a ir nada bien.
Si no hay trabajo, no se compra.
Si no se compra, se reduce la demanda.
Si se reduce la demanda, se pierden puestos de
trabajo.
Y si no hay trabajo…
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