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domingo, 16 de septiembre de 2012

SACSAYHUAMAN


Toda mi vida sospeché que en la versión de la historia de la Humanidad que se nos contaba, algo no encajaba.
Hasta que decidí ver, observar y estudiar por mí misma estos claros vestigios de un pasado que parece perderse en las brumas de un tiempo muy remoto.
El viaje que hice a Perú, y otro anterior a Méjico, me dieron la oportunidad de juzgar por mí misma una realidad que, según pude apreciar, era muy diferente de lo que me habían hecho creer...
Las conclusiones, opiniones y deducciones de este y otros artículos que voy a seguir publicando, son el resultado de muchas horas de estudio, y de muchas comprobaciones in situ que me han hecho comprender que debemos abrir los ojos y la mente a estas evidencias.

El mismo viaje en el que tuve el privilegio de sobrevolar las Líneas de Nazca, en Perú, me llevó a visitar el recinto arqueológico de Sacsayhuaman.
Sacsayhuaman se encuentra situado a unos 3 km de la ciudad de Cusco y a unos 200 metros de altura sobre ella, sobre la parte alta de una montaña y abarca algo más de 3.000 hectáreas. Es otra obra ciclópea de la arquitectura incaica. Al menos esto es lo que nos han hecho creer hasta ahora.
Tal vez esta sea la más asombrosa, monumental y de mayores dimensiones de todas las construcciones.
Lo primero que llama la atención al llegar es su grandiosidad. 




Vista parcial del conjunto.Podemos comparar el tamaño de las piedras con las personas.


A pesar de que de sus antiguas construcciones solo quedan las ruinas, no pasa desapercibido el hecho de que en su momento debió de albergar algún tipo de construcción imponente, de proporciones casi inimaginables. Y no solo por las desmesuradas dimensiones de algunas de las piedras que se utilizaron en su construcción, sino también por la enorme extensión de terreno que ocupa.





Esta es una preciosa vista aérea del conjunto. En ella se puede apreciar su grandiosidad. Para hacernos un idea, sólo hay que tener en cuenta que, esa especie de "sierra", que hay en la parte superior, es la muralla exterior, la de la foto anterior y que está construida con las piedras más grandes...

Los arqueólogos, científicos e investigadores no se ponen de acuerdo en cuanto a su antigüedad, cómo se construyó y para qué fin. Al quedar sólo la piedra y no haber rastros de materia orgánica, no se puede datar por el carbono 14. Sólo se pueden utilizar las crónicas( nada fiables, por cierto ), los restos de cerámica o utensilios hallados en tumbas o por los alrededores( cosa que no certifica que los que dejaron estos restos fueran sus constructores. Pudieron encontrarlos ya construidos ), y poca cosa más.
La teoría más aceptada por los arqueólogos, es que Sacsayhuaman se construyó durante el imperio incaico. Dicho imperio floreció en la zona andina entre los siglos XV y XVI. O sea, entre 1.400 y la época de la conquista española.
Según diversos escritos de los cronistas oficiales, para construir esta monumental fortaleza se tardaron entre 60 y 75 años, se empleó la fuerza de los brazos de entre 20.000 mil a 30.000 hombres, y se finalizó en 1508, por lo que tuvo que iniciarse sobre 1.440
Pero el cronista Garcilaso de la Vega nació en 1530 y vivió a la sombra de sus muros. Por lógica tendría que haber visto todo el complejo en todo su esplendor, y haber conocido a alguien que hubiera participado en los momentos finales de la construcción del recinto. Incluso, dado la gran cantidad de hombres que tomaron parte, algún familiar… En cambio jamás supo informar de forma precisa cómo se construyó.
Curioso… Estas incertezas son las que me hacen dudar de la veracidad de los datos que nos proporcionan los arqueólogos y los investigadores.
Como curiosas, mejor dicho, asombrosas, son también las proporciones de algunas de las piedras que forman parte de la construcción.
Recuerdo que se me cortó el aliento cuando entré y me fui acercando a aquellas paredes y las descomunales piedras que se habían utilizado para su construcción.
A pesar de que yo ya conocía un poco de antemano las características de este complejo, debo reconocer que, por unos segundos me vi transportada  a una realidad que no parecía de este mundo. Me sentí fascinada por la grandiosidad de sus piedras. Las más grandes pesan casi 200 toneladas. 9 metros de alto, 5 de ancho y 4 de espesor… 




El tamaño de algunas de estas piedras es sencillamente demoledor.


Como os podéis figurar, ante estas medidas, lo primero que me vino a la cabeza es ¿cómo se supone que aquella gente manejó esas… “piedrecitas”? No había animales grandes de tiro en aquella zona( sólo las llamas y similares), no conocían la rueda, ni los metales, ni ninguna tecnología… La cantera de donde se extrajeron algunas de aquellas moles estaba a unos 35 km de distancia… Tuvieron que extraerlas, transportarlas, pulirlas y encajarlas con las demás con una precisión pasmosa. ¿Cómo? ¿Levantándolas a pulso y encajándolas las unas con las otras de forma milimétrica?
Porqué este es otro tema. La precisión con que fueron encajadas.
A pesar de que ninguna de esas piedras tiene forma regular, de que muchas de ellas tienen un perímetro con más de doce ángulos y que la mayoría pesa varias toneladas, los ajustes son perfectos. En ningún punto de sus juntas se puede introducir ni un cuchillo, ni una tarjeta ni nada de nada.
















¿Cómo consiguieron estas uniones tan perfectas?


Me acerqué y estuve un buen rato examinando el conjunto, las piedras y la precisión de su construcción. En seguida me di cuenta de que todo lo que me habían comentado sobre este conjunto de ruinas, era del todo cierto.  
Y aún hay más. Algo me habían comentado sobre unas posibles técnicas de moldeado y vitrificación de las piedras, algo que yo siempre había descartado por demasiado rebuscado y rocambolesco, pero cuando me fijé en las juntas de las construcciones, me di cuenta de que, por fuerza, para llegar a esos resultados se tuvo que emplear alguna técnica muy especial.
Y esto se puede apreciar porque casi todas las piedras empleadas en la construcción de este recinto( y en muchos otros de la zona ), poseen estas características.
-En todas las piedras el aspecto de haber sido fundidas es obvio i visible  si sabemos qué hay que ver.
-La capa de vitrificación está presente en toda la superficie en forma de fina película.
-La reflexión de la luz en su superficie es muy fuerte.
-La superficie de las piedras es muy lisa en todas sus partes, imposible de pulir con tal precisión en las piedras con muchos ángulos.
-Por la cantidad de obras realizadas y las piedras que se hubieran tenido que pulir, está claro que esta técnica, el pulido, no es posible porque emplea demasiado tiempo.
-Muchas de estas piedras son magnéticas, por lo que algo muy especial se hizo con ellas.
-El color de las piedras tratadas es diferente del de las no tratadas.
-Vemos ajustes perfectos, con ángulos y aristas en los bloques inferiores que, al colocar los enormes bloques superiores encima se habrían roto.



File:Sacsahuaman masonry2.jpg


Fijaros en que, una pequeña parte del bloque inferior se introduce en la junta de los dos bloques superiores. ¿Alguna explicación para eso? ¿Y para las piedras que se curvan en las esquinas?






Y luego están las rocas sagradas, como los altares o lugares para ofrendas, que su aspecto es como queso o mantequilla cortada, con acabados perfectos y esquinas redondeadas.
Esta técnica de la vitrificación, así como la de un posible ablandamiento de las rocas, no es aceptada por todos los científicos. Algunos las rechazan de pleno. Yo también las había desechado, sin pararme a observar por mí misma y luego decidir. Pero tuve la suerte de ver en persona esas rocas, esas juntas y esas características... Las observé detenidamente, y pude darme cuenta de que no era tan descabellado pensar que podían haber sido manipuladas de algún modo. 
¿Vitrificación de las rocas? ¿Ablandamiento de la piedra? ¿Un disparate? Realmente no lo sé. Lo único que puedo decir es que, en aquellos muros, en aquellas piedras, en todo su conjunto se pone de manifiesto que encierran una técnica de construcción de la que se ha perdido todo rastro y que en estos momentos no somos capaces de descifrar.

Sacsayhaman está formada por tres muros concéntricos, a modo de murallas, en los que se encuentran las piedras más grandes. Por los restos que se pueden apreciar, en el recinto interior debieron de existir al menos tres torres, dos rectangulares y una redonda que custodiaban una o varias dependencias centrales. Según las crónicas, este lugar albergó depósitos de agua, de grano y de diferentes alimentos. Pero esto solo son especulaciones. De hecho, nadie puede afirmar con seguridad quién, cuando, como y para qué se construyó. Y también es posible que hubiera sido ocupado por diferentes culturas en diferentes épocas.
Estas ruinas y otras que se encuentran en los alrededores de Cusco y del valle del rio Urubamba, son muy parecidas entre sí, pero en nada comparables a ninguna de las construcciones megalíticas conocidas del mundo antiguo. La perfección en los encajes entre las piedras aun a pesar de su tamaño, la misma técnica de construcción, las mismas evidencias de manipulación, no hay adornos, ni inscripciones. Nada que pueda aportar un rayo de luz a las tinieblas de tanto mistério….

Otro enigma sin resolver, muy común en todos los restos arqueológicos de la zona,  es imaginar cómo lo hicieron para arrastrar, subir, y encajar aquellas enormes piedras.
La cantera de las piedras principales, las andesitas, está a 35 km de la zona de construcción. Hay que cortarlas, extraerlas, arrastrarlas 35 km, cortarla con la forma precisa para que encaja con las que ya se tienen puestas, izarlas y encajarlas.
El misterio volvía a estar servido.
Empecé a caminar por entre aquellas piedras. Era imposible reconocer qué clase de edificación podía haber sido aquello. Realmente no sé cómo los arqueólogos e investigadores pueden elaborar sus teorías con los pocos detalles que tienen. Además, enseguida me di cuenta de que incluso las crónicas aceptadas como muy fiables y auténticas, eran absolutamente increíbles. Al menos así me lo parecieron a mí una vez escuchados los relatos del guía.
- El Inca Garcilaso nos dejó una crónica bastante exacta de su construcción – nos dijo el guía – Según estas crónicas, la construcción de este complejo duró más de 70 años y en la obra trabajaron más de 20.000 indios.
Impresionante. Más de 20.000 personas trabajando durante más de 70 años...
Cieza de León aun puntualiza algunos datos con más exactitud.
Según él, 4.000 de estos indios trabajaban en las canteras. 6.000 se dedicaban a transportar las piedras desde las canteras hasta el lugar de la construcción mediante cuerdas reforzadas con cobre y del grosor de una pierna humana y los 10.000 indios restantes, estaban en la zona da la obra, cortando y ensamblando los bloques al milímetro para construir los edificios.





¿Puede alguien explicarme cómo se pueden arrastrar estas "piedrecitas"  a lo largo de más de 30 km?

Por un momento dejé de escuchar al guía y me pasé un buen rato contemplando aquellos restos y los imponentes monolitos. Mi mente trataba desesperadamente de imaginar las explicaciones del guía. Pero no pude. De ninguna manera pude imaginar a 10.000 hombres, armados solamente con martillos de piedra y bronce, picando y encajando piedras sin parar durante más de 70 años. Aquello me parecía una barbaridad. Además, ¿Cómo se suponen que las arrastraban desde las lejanas canteras? ¡Ah, claro! Todos parecen coincidir que mediante rodillos de madera, con cuerdas y parece ser que a base de mucha fuerza bruta. Pero… ¿Y la madera? ¿De dónde la sacaban, si por allí casi no hay árboles?
Aquello está a 3.700 metros de altitud, apenas hay árboles, y cuesta mucho respirar por la falta de oxígeno...
Un grupo de arqueólogos pareció hallar la solución.
-Los rodillos no eran de madera, eran rodillos de granito… ¡Como si no tuvieran bastante trabajo puliendo las enormes piedras, para que encima tuvieran que tallar y pulir un montón de rodillos de granito!
 Sigamos pensando. Tengamos en cuenta que aquella no fue la única obra de estas características que se llevó a cabo en aquella época. Sólo en Cusco se edificaron templos y recintos por doquier, y por los alrededores de la ciudad y del valle del rio Urubamba había un montón de restos de recintos. Ya fueran recintos sagrados o moradas para los reyes Incas, todos tenían como característica principal los enormes bloques de piedra utilizados y la precisión milimétrica con que fueron encajados. Es de suponer que en todos ellos se empleó la misma técnica de construcción.
Inmediatamente me vino una pregunta a la mente. Si cada una de aquellas edificaciones se construyó a base de la fuerza de miles de brazos, ¿Cuántos miles de hombres se supone que tuvieron que trabajar en todo el conjunto de la zona? ¿De dónde salieron tantos hombres?
Algunos cronistas hablan de que se pudo tratar de esclavos. Pero todo y con eso, ¿de cuántos miles estaríamos hablando? Una barbaridad, supongo…
Pero vamos a ver. Entiendo que tuvo que haber muchos hombres trabajando a la vez para tallar, arrastrar y encajar todas aquellas piedras. También entiendo que, si según todas las investigaciones no se ha hallado nada más que herramientas de piedra y cobre, se suponga que esos debieron de ser los únicos materiales de que se disponía en aquella época.
Y aun suponiendo, que ya es mucho suponer, que se hubieran empleado para ello a todos los presos de las numerosas batallas en que constantemente estaban enzarzados. Suponiendo que todos los habitantes de Cuzco,  que en aquella época eran muy devotos y muy dispuestos a cumplir con todos los deseos de sus reyes y sacerdotes, se ofrecieron para trabajar en esas construcciones. Y finalmente, suponiendo que, de los 125.000 habitantes que más o menos tenía Cuzco en aquella época, unos sesenta o setenta mil, o sea la mitad más o menos, se dedicaron exclusivamente a trabajar en alguna de esas monumentales obras... ¿Quién cultivaba las tierras, o las minas, o fabricaba las herramientas necesarias, las vestimentas, o las casas donde vivían? Si de los ciudadanos que quedan y que no están trabajando en esas obras, quitamos a los dirigentes y a los sacerdotes, que no trabajan en nada, los ancianos, los niños pequeños, los enfermos... ¿Qué queda? ¡Las mujeres, claro! ¿Y qué se supone que tengo que pensar, que las mujeres solitas cultivaron y cosecharon comida suficiente para toda la población y para todo el año? Que además de trabajar duramente la tierra, con unos sistemas que por lo abrupto del terreno no permite ni el paso de animales para ayudarlas, y a una altura de 3.700 metros donde es muy difícil respirar, además de criar a los hijos, preparar la comida para la familia, cuidar del ganado que casi todos poseen... Además de todo eso... ¿Tuvieron que preparar la comida de los 60.000 ó 70.000 hombres que trabajaban en la construcción de los templos, palacios y fortalezas? Porque es de suponer que aquella gente también tendría que comer, ¿No? ¿También ellas tejieron y elaboraron las vestimentas de todos? Y ya de paso quizás también eran las que fabricaban los kilómetros y kilómetros de cuerdas que se necesitaron, tallaban las piedras para construir los miles de martillos y cuñas que se utilizaron, eran alfareras, carpinteras y todo aquello que hiciera falta…
Y todo ello teniendo en cuenta, para acabar de rematarlo, que en Perú hay dos estaciones muy bien diferenciadas. La estación seca, que se corresponde con su época invernal, y la estación húmeda, que se corresponde con el verano y en la que las lluvias son muy frecuentes, con lo que muchos días no se podría trabajar.
Dudo mucho que se pudiera construir nada durante las estaciones húmedas. Llueve casi cada día, el suelo se vuelve peligrosamente resbaladizo, y  casi con toda seguridad resulta imposible intentar arrastrar esas desmesuradas piedras. Además, los ríos se convierten en pasos totalmente infranqueables, y muchas veces, las canteras están a varios kilómetros de distancia de las obras, como es en este caso, y hay que atravesar uno o más ríos en su transporte...
Me pasé mucho rato observando detenidamente y desde todos los ángulos posibles aquella sorprendente construcción de Sacsayhuamán. Cuanto más me fijaba en sus más minúsculos detalles, más y más preguntas se agolpaban en mi cabeza. Por ejemplo, en muchas piedras pude observar una serie de muescas  que ya empezaban a traerme de cabeza. Eran unos pequeños cuadraditos de poco más de un par de centímetros cuadrados de superficie y apenas uno de profundidad, junto a los bordes, en bajorrelieve. Y por otra parte, también pude observar que algunas piedras mostraban unas pequeñas protuberancias, como unos pequeños pomos o salientes de unos dos centímetros.
Lo que no podía entender de ninguna de las maneras era el hecho de que, ni las muescas ni las protuberancias, no guardaban ningún orden ni ninguna correlación con nada. Sencillamente había piedras que tenían muescas, otras tenían protuberancias, algunas tenían las dos cosas, y alguna no tenía nada de nada. Estas señales se podían ver por todos sitios. En piedras muy pequeñas, en las más grandes, en la parte alta de los pocos muros que se mantenían en pié, o a ras de suelo. Podía haber centenares de piedras juntas con estos curiosos grabados, en un área muy concreta, y otra área de la misma construcción donde no había nada de nada. Por más que me esforcé, intenté hallar alguna mínima relación que las uniera, pero fue en vano.
Luego recordé que, estas mismas marcas y salientes, los había visto en todas las antiguas construcciones que había visitado.
Y de nuevo recurrí al sufrido guía que, en cuanto me vio avanzar hacia él, empezó a esgrimir su deslumbrante sonrisa y a negar con la cabeza, sabedor de que iba directa a él, a seguir poniéndole en un aprieto con mis preguntas.
 -¿Qué pasa ahora?- me preguntó muy educadamente pero preparado para aguantar mi ataque.
-Nada en particular... Solo que he observado unas muescas y una especie de pequeños pomos en las piedras a los que no puedo encontrar ningún sentido...
-Ah, eso... Lo cierto es que no hay ninguna respuesta científica al respecto. Unos dicen que pueden ser muescas utilizadas durante la construcción para meter cuñas, otros que sirvieron para encajar posibles placas de otro material, incluso tal vez de oro, a modo de cobertura, y muchos se limitan a encogerse de hombros. En cuanto a las pequeñas protuberancias... pasa exactamente lo mismo. Muy posiblemente fueron empleadas para que no se resbalaran las cuerdas que ataban a las piedras durante su largo y penoso traslado desde las canteras – cosa que me parece ilógica, si tenemos en cuenta que las más grandes son completamente lisas - . Los hay que incluso han llegado a afirmar que podrían haber sido pequeños relojes solares, o calendarios, para controlar los equinoccios o las estaciones... Tampoco en eso se pone nadie de acuerdo...
Un montón de dudas y enigmas por resolver.
A cada respuesta, más preguntas se agolpaban en mi mente, a la espera de que algún nuevo descubrimiento aporte un poco de luz a tanta oscuridad. 
He de reconocer que aquel viaje estaba resultando mil veces mejor de lo que me había imaginado, y me dí cuenta de que aún somos unos pobres ignorantes en relación a la Historia de la Humanidad, y que no debemos cerrar los ojos ni la mente ante lo que desconocemos.
Y que conste que jamás he pensado que hubieran intervenido extraterrestres ni nada parecido. Pero, como en otros muchos de estos enigmas, sigo diciendo que algo no encaja. Lo que sí creo es que la historia de la humanidad, tal vez se tendría que escribir de nuevo.

Era ya casi mediodía cuando dejamos aquel misterioso lugar, y creo que una parte de mi corazón se quedó ahí, engarzado en aquellas enormes piedras que pregonaban algo que de momento nadie puede, o no se atreve, a oír.

6 comentarios:

  1. Anónimo20:07

    Hay muchos enigmas en nuestro pasado que piden ser estudiados y tenidos en cuenta.

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  2. Anónimo17:39

    Tanto por ver, pero tan poco tiempo para hacer.

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  3. Anónimo5:59

    Es muy interesante todo aquello que planteas, y es cierto, hay mucho por descubrir de Sacsayhuamán al igual que de muchas otras construcciones. Gracias por haber dado un espacio en tu blog a esta maravillosa construcción del Tawantinsuyu. Saludos desde Perú. Neiser

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    1. Muchas gracias, Neiser.
      Perú es un gran país, con una cultura y una civilización muy antiguas.
      Y no podemos hacer oídos sordos a esa voz que clama que todos estos enigmáticos restos encierran un origen incierto

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  4. Hola, extraordinario blog, te felicito. Hay muchos enigmas no solo de esta fascinante cultura, sino de toda la historia de la humanidad, interesante ver tu proceso de preguntas y respuestas. Se escucha historias fascinantes de personas que saben mucho mas, pero que callan, pues se les cataloga de frente como "tonta, lunática, mentirosa". Los incas, y demás civilizaciones del pasado, parecen tener un punto de partida, en que se sabia mucho mas que ahora, pues nos hemos limitado a ver con los ojos nada mas. Suerte, felicitaciones y gracias por compartir tu vivencia.

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  5. PUBLIO1:08

    Muy bueno Clara. Muy bien explicado, haciéndonos partícipes de tus dudas acerca de quienes fueron los constructores, que también son las mías. Excelentes reflexiones ante tales enigmas, que esperamos que algún día queden resueltos, aunque lo dudo.
    Un cordial saludo.

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