Hola, amig@s!!
Esta tarde he salido a dar un paseo y he visto una cosa que me ha llamado la atención: un grupo de seis o siete niños jugando al escondite.
Que ¿qué tiene de raro? Pues que hacía mucho tiempo que no veía a unos niños jugar a un juego de esos. Ya empezaba a pensar que estos juegos a los que tanto había jugado yo de pequeña, y supongo que todos vosotros, habían desaparecido.
Ahora los críos suelen jugar con otras cosas. Normalmente los veo formando grupos y jugando con pequeñas consolas, o móviles de última generación.
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Y a lo mejor, ¡están hablando entre ellos! A través del móvil, claro... |
Bueno, también van en bicicleta, o hacen cabriolas con los monopatines. Pero parece que los jóvenes de hoy en día no saben vivir sin sus maquinitas.
Los de cierta edad me comprenderéis.
Yo soy de la época del escondite, el pilla-pilla, la comba, las canicas, las peonzas, el pañuelo... Y de los juegos que nos inventábamos.
El peor castigo que me podían poner era no dejarme salir a la calle. Ahora, el peor castigo es hacer salir a la calle a tu hijo. Se aburre. no sabe qué hacer. Le falta algo... ¡Claro! Alguna de sus máquinas de tecnología punta. Ya parece que esos artilugios se han convertido en una prolongación de sus manos.
Un día mi hijo me enseñó todos los aparatos que tenía: dos consolas grandes, una de pequeña, el ordenador, un móvil de última generación con todos los extras, una tablet... y me preguntó: mamá, tú cuando eras joven, ¿qué utilizabas?
A lo que yo le respondí: La cabeza, hijo.
Pero... ¿No será que nuestros hijos copian lo que ven a su alrededor, y nos toman a nosotros, los mayores, como ejemplo?
Sólo hay que ir a un paseo o un parque y observar a la gente que está sentada en los bancos. El que no está manipulando un móvil, está absorto en un portátil.
Es más, te invitan a una cena romántica, y en mitad de la cena seguro, seguro, que suena algún móvil que rompe el encanto de la velada.
Me parece que estamos demasiado absorbidos por todos esos chismes y nos estamos olvidando de utilizar un poco la cabeza.
Y si no, Responded a eso con la mano en el corazón.
-¿Cuántos números de teléfono sabes de memoria?
-Para convertir euros a pesetas o viceversa, ¿Lo haces de cabeza o sacas la calculadora o el móvil?
-Se te estropea el ordenador, y supongamos que no lo utilizas normalmente para trabajar y no tienes internet en el móvil. ¿Qué haces? Ya lo llevarás a arreglar un día de esos. O... Corres a llevarlo al técnico porque no resistes sin conectarte a tus redes sociales.
-Pasa algo excepcional, por ejemplo la nevada de 2010, que nos dejó sin electricidad, sin internet, y sin cobertura telefónica durante varios días. ¿Qué pasa por tu mente?
Pensadlo un poco. ¿No será que dependemos demasiado de todo eso y nos estamos olvidando de utilizar la cabeza?