EL CARTERO

EL CARTERO

Todos sabemos quién es el cartero. Bien, tal vez no lo conocemos personalmente, no sabemos cómo se llama ni donde vive, pero sí sabemos que es aquella persona que casi cada día nos deja alguna carta o alguna revista en el buzón.

Esperado y bien recibido por algunos, sobre todo por los que esperan cosas que han pedido por internet, los que tienen familia lejos y esperan sus noticias, los que se dedican a coleccionar o intercambiar toda clase de objetos con gente de todo el mundo, o los que no esperando nada en concreto, agradecen que les lleguen con puntualidad los extractos bancarios, recibos, catálogos…

También puede llegar a ser temido y no demasiado bienvenido para otras personas, sobre todo cuando llama a sus puertas y descubren con horror que lo que les trae es una sanción de tránsito o cualquier otro tipo de requerimiento de pago.

Dependiendo de en qué zona de la población vivamos, más o menos cercana a la oficina de Correos, estaremos acostumbrados a ver al cartero empujando un carrito muy similar al que utilizan las señoras para ir a comprar pero un poco más grande, con una moto provista de un gran cajón amarillo detrás, o incluso con una furgoneta.

Sabemos, o nos imaginamos, que si llueve el cartero se moja, si hace mucho frío se le hielan las puntas de los dedos, si hace mucho calor se asfixia, cuando sopla muy fuerte el viento tiene problemas para no perder los papeles…

Pero… ¿Qué más sabemos del cartero? ¿Y de su trabajo en general? ¿Y de las aventuras y peripecias con las que se puede llegar a encontrar día tras día?

Yo soy cartera. Soy una de esas personas anónimas que cada día hago felices a algunos y llevo cartas no deseadas a otros.

Me gusta mucho mi trabajo. Es muy variado, creativo, me da mucha libertad y cada día es para mí una aventura diferente. También me permite conocer y estar en contacto con una gran variedad de gente.

No pasa día en que no haya alguna novedad o anécdota para explicar. Eso si no pasa alguna de estas cosas de las que solemos decir podríamos escribir un libro. Siempre pasan cosas. Algunas insignificantes, pero otras que nos acaban marcando para toda la vida. También tenemos incidentes… E incluso, por desgracia, accidentes. Poca gente puede llegar a imaginar todas las cosas y situaciones con que nos encontramos a diario.

Mi intención es dar a conocer a todos esas anécdotas, situaciones e historias, así como la parte de su trabajo que no se ve.